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Todas las empresas necesitan capital humano. Sin este, no hay negocio capaz de producir bienes o servicios para más tarde ofrecerlos a sus clientes. Los trabajadores son su mayor instrumento de trabajo. Los Recursos Humanos deben ser manejados cuidadosamente y de forma efectiva por el departamento pertinente dentro de la empresa, el cual debe mirar tanto por la empresa como por el empleado.

Si existe una buena relación entre ambas partes, trabajador y empresario, se creará una atmósfera laboral que facilitará la cooperación y el trabajo en grupo mirando ambos hacia un mismo objetivo.

Construir y mantener una buena relación a través de Recursos Humanos conlleva:

• Animar a los empleados a involucrarse en el negocio, con esto se consigue que el trabajador aporte lo mejor de sí mismo.

• Seleccionar trabajadores con el perfil adecuado, experiencias y aptitudes, así como dar la formación adecuada a cada puesto de trabajo para que el trabajador así consiga la confianza necesaria en el desarrollo de sus tareas.

• Fomentar el trabajo en equipo.

Existen gran cantidad de empresas que no incluyen este tipo de políticas, lo que lleva al trabajador a que a veces se encuentre incomodo en su puesto pudiendo desembocar en actitudes como el desinterés (menos productividad), absentismo y a veces, en problemas de ansiedad que desembocan en bajas médicas.

En conclusión, gracias al esfuerzo de los trabajadores, las empresas subsisten, si éstos se encuentran desmotivados, la mayor repercusión será para el empresario que verá mermada la productividad de su empresa.