17 junio 2017
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- En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto.
- Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti.
- No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas.
- La ira: un ácido que puede hacer más daño al recipiente en la que se almacena que en cualquier cosa sobre la que se vierte.
- Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos.
- La amistad siempre es provechosa; el amor a veces hiere.
- La tristeza, aunque esté siempre justificada, muchas veces sólo es pereza. Nada necesita menos esfuerzo que estar triste.
- ¿Preguntas qué es la libertad? No ser esclavo de nada, de ninguna necesidad, de ningún accidente y conservar la fortuna al alcance de la mano.
- El que no quiera vivir sino entre justos, viva en el desierto.
- El colmo de la infelicidad es temer algo, cuando ya nada se espera.
- Lo que de raíz se aprende nunca del todo se olvida.
- La naturaleza nos ha dado las semillas del conocimiento, no el conocimiento mismo.
- ¡Estudia! No para saber una cosa más, sino para saberla mejor.
- Merece salir engañado el que al hacer un beneficio, cuente con la recompensa.
- Si quieres que tu secreto sea guardado, guárdalo tú mismo.
- Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente.
- Tan grande como la turba de los admiradores es la turba de los envidiosos.
- No es pobre el que tiene poco, sino el que mucho desea.