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Hemos visto mil y un hoteles peculiares donde pasar nuestras noches y ahora, como curiosidad, podemos encontrar alojamiento en el interior de una barrica de vino, vacía eso sí, y sin que la falte un detalle. 

El Hotel y restaurante “De Vrouwe van Stavoren” está localizado en el muelle del antiguo puerto del pueblecito pesquero Stavoren, en Holanda.

Este hotel ofrece una experiencia muy particular; además de sus habitaciones comunes, el hotel contiene cuatro habitaciones que son ni más ni menos que cuatro barriles de vino, que contuvieron cada uno 14.500 litros de vino Chateâu francés de Suiza y que han sido convertidos en atractivas habitaciones de dos personas con baño adjunto y una sala de estar; tienen un espacio para sentarse, televisión a color, radio y teléfono además de otras facilidades privadas.

El precio de estas barricas oscila entre 74 y 119 euros por noche con descuentos de hasta el 75% dependiendo de la temporada. Si viajas en invierno, una sala de barrica de vino puede ser tan baja como 18 euros por noche, más barata que la mayoría de los albergues.

Stavoren es un tranquilo pueblo portuario pero, de cualquier manera, dormir dentro del tonel garantiza un sueño reparador porque ningún ruido del exterior penetra las gruesas paredes de nogal.

Tanto las habitaciones como el restaurante de este singular hotel tienen unas bonitas vistas al puerto, un motivo más, para elegirlo como lugar de alojamiento.

Para conseguir tener una vacaciones de ensueño en el que cada momento sea perfecto es necesario haber organizado adecuadamente este momento de descanso.

Hay que elegir bien la agencia de viajes donde nos proporcionen un buen servicio; el alojamiento, las actividades y dos de los puntos más importantes, el destino y el medio de transporte, ya sea un barco para realizar un crucero de lujo o un avión rápido y seguro.

Muchos son los destinos tropicales ricos en intereses turísticos y uno de los más elegidos es el Caribe haciendo escalas en Bahamas, México y Las Antillas. Son todos paraísos terrenales con riquezas naturales exóticas.

Un crucero Caribe – Las Antillas por  ejemplo, es una idea que permite a los viajeros descubrir diversos países tales como Guadalupe, una isla dotada de playas de blanca arena donde poder  relajarse bajo los cocoteros.

Martinica es una de las islas francesas del este del Caribe. La isla es montañosa y volcánica, pero rica en playas tanto de arenas blancas en el sur como negras en el norte, debido a dicha actividad sin olvidarnos de los diferentes tipos de actividades que allí se pueden practicar: buceo, pesca, natación…

También son destinos ideales: República Dominicana , Antillas Neerlandesa , Isla Catalina, San Martín, el archipiélago de Bahamas con los más de 700 islas tropicales y México, un país cosmopolita con grandes riquezas culturales, patrimonios culturales e históricos y con probablemente las mejores playas del mundo.

Un viaje al Caribe es un destino excepcional, se puede decir que es una mezcla de descubrimientos, de exotismo, de mar y de sol omnipresente. Cuando se tiene la ocasión de estar en países paradisíacos, animados y muy acogedores, hay que disfrutar a fondo cada minuto, degustando bebidas exóticas y comidas originales.

Tener vacaciones al menos una vez, es el sueño que todos acumulamos a lo largo del año. Un crucero es una aventura en la que se pueden practicar las actividades que nos ofrecen a bordo y a la vez  hacer escalas en diferentes países costeros con grandes riquezas naturales. Cada uno tiene su preferencia pero lo esencial y lo más importante es pasar unos días de vacaciones y relajarse sólo o acompañado.

 Fotografía: por le.guillou07 - Flickr