El blog de todoarticulos

Es curioso ver como el anonimato como personas nos hace en muchas ocasiones que nos abramos más a otr@s que son extrañas, en vez de a las que tenemos más cerca de nosotros.

El que no te pongan cara, el que no sepan cómo eres en realidad, hace que las personas se acerquen, ¡¡¡sino que se lo cuenten al que inventó Facebook o Twitter!!!

Sentimientos profundos, confesiones inconfesables, pieles erizadas…

Se dan pocas ocasiones en las que nos encontramos en la vida real con alguien que parece comprendernos a causa quizás del fallecimiento de un ser querido, el inconformismo ante la sociedad que no nos comprende tal y cómo somos, sólo por el hecho de ser diferentes, no pensar o ser como los demás, cuando en realidad si lo piensas, los raros son ellos, por ser iguales a todos los demás.

En mi familia hemos sido criados como seres únicos; Mis padres eran libres y nos inculcaron valores de libertad e independencia, al menos a mí en ciertos aspectos de mi vida, no en todos. Nos transmitieron sus valores en una extraña forma de comprensión, dándonos responsabilidades sobre nuestros propios actos y bueno, alguna torta de vez en cuando también caía.

Eso me convirtió en lo que hoy en día soy, además de los vaivenes de la vida, que no son pocos. Soy una persona que necesita su espacio, esté o no acompañada o en compañía, algo muy difícil de comprender para muchos y, sobre todo, para quien está a tu lado.

Estoy segura que quién lea esto muy probablemente se sienta identificado, porque no vamos a ser los únicos en mi familia…, pero soy consciente de que es difícil convivir con alguien así. El amor y el respeto por la otra persona son fundamentales para poder llevar una relación duradera.

Existen personas que, porque alguna vez le hicieron mucho daño, reniegan del amor para siempre, aunque por supuesto siguen con personas del sexo opuesto, aunque ya sólo son objetos manejados a su antojo, porque perdieron la capacidad de amar, de comprender y de respetar al otro y luego hablan de ser traicionados… paparruchas, miedo es lo que tenéis y largáis de vuestro lado a cualquier persona que muestre el más mínimo afecto hacia vosotros.

Pensad, ¿soy vosotros los heridos o los que herís? Aquí lo dejo a modo de reflexión.